La ética empresarial es un activo
necesario e indiscutible en toda organización, ya que fomenta el compromiso, la
responsabilidad, el trabajo en equipo y el respeto profesional, valores que garantizan
una mayor eficiencia, influyen positivamente en su reputación y conducen al
éxito.
Por esta razón, son cada vez más
las empresas que ponen en marcha acciones vinculadas al comportamiento humano,
a fin de crear un ambiente laboral agradable, solidario, confiable y equitativo
en todos los niveles, que aseguren alta calidad de rendimiento y resultados
basados en criterios profesionales y morales.
El proceso de transmisión de esos
valores pasa por la implantación de un código de conducta definido y conocido
por todos, para poder alinear los principios personales con los corporativos,
afirmó Marisol Pernía, Oficial de Cumplimiento de Seguros Venezuela, compañía
aseguradora con más de 72 años de servicio en el país.
“Esto permite fortalecer el
sentido de pertenencia entre los colaboradores, actuar en un entorno de confianza,
transparencia, honestidad, responsabilidad, con vocación de servicio y
fidelidad hacia lo interno, los relacionados comerciales y las comunidades”,
expresó la ejecutiva quien se encarga de desarrollar los programas sociales de
la empresa.
Pernía comentó que, como parte de
la política de cumplimiento de las normativas, esta compañía establece la
obligación para sus integrantes de denunciar cualquier hecho sospechoso o ilícito
que exponga la marca, sus productos, activos y patrimonio, para lo cual creó un
canal de denuncias confidencial, cuyo objetivo es mantener el monitoreo del
comportamiento ético en la gestión del negocio.
Por su parte, Yeimi Mendoza,
gerente de Control Interno de la aseguradora, explicó que “el Código de
Conducta Ética va de la mano con la política antifraude y anticorrupción,
aspectos importantes para la organización que deben ser del conocimiento de
todos, correspondiendo a los líderes de cada área la responsabilidad de velar
por el acatamiento de las normas establecidas”.
Dicho instrumento, “contiene una
recopilación sistematizada de los principios orientadores y de las normas
reguladoras del comportamiento de las personas, en el marco de su actividad
profesional y de las relaciones que a causa de ella mantienen entre sí o con terceros,
con el fin de que su actuación no sólo se ajuste a la legalidad vigente, sino
responda a exigentes estándares de profesionalidad e integridad, así como
también al cumplimiento estricto de la leyes, contratos y obligaciones que de ellos se derivan”,
señaló.
En su opinión, para fortalecer la
ética empresarial es importante: realizar encuestas de satisfacción laboral,
analizar la productividad, incentivar a los colaboradores valorando
positivamente el trabajo bien hecho, medir el clima organizacional y capacitar al personal sobre temas relacionados con los valores y el
compromiso que tienen con la empresa.