La (in)seguridad del
Internet de las Cosas está a la orden del día. Con mayor frecuencia se producen
ataques que afectan a dispositivos IoT o se detectan fallas que las compañías
tecnológicas rápidamente intentan solucionar con
un parche. Al estar centrados en
incorporar nuevas funcionalidades y hacer a los dispositivos más fáciles de
usar y conectables, muchas veces los fabricantes descuidan casi por completo un
punto crucial como es la seguridad de sus dispositivos.
Los usuarios son conscientes de los problemas de seguridad que afectan a los dispositivos IoT. La encuesta realizada por ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, indica que el 70% de los participantes considera que este tipo de dispositivos no son seguros, fundamentalmente en términos de privacidad; que es donde radica la principal preocupación. Sin embargo, el 62% considera que no dejaría de comprar este tipo de tecnología por esta razón.
“Desde
que los ataques al IoT empezaron a hacerse cada vez más comunes, las preguntas
sobre su seguridad comenzaron a centrarse en cuándo sucedería el próximo ataque
y con cuántos dispositivos contarían los atacantes, en lugar de qué medidas de
seguridad se implementarían para evitarlos.”, mencionó Camilo Gutierrez, Jefe
del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica. Las pocas garantías en
materia de seguridad que presenta IoT permite noticias acerca de un
aumento de la inversión en soluciones de seguridad, tal como reveló Juniper en un estudio reciente donde afirmó que el gasto en seguridad para
Internet de las Cosas crecerá en un 300% entre 2018 y 2023.
Los dispositivos conectados de forma insegura representan un serio
problema, precisamente porque las vulnerabilidades existentes pueden
aprovecharse de forma sencilla por parte de los delincuentes para crear botnets
y usarlos en beneficio propio. Desde ataques de denegación de servicio, como
los realizados con la Botnet Mirai, al minado de
criptomonedas, las posibilidades para los atacantes son numerosas y,
actualmente, son cada vez más los dispositivos con vulnerabilidades que pueden
aprovecharse como pare de un ataque. Hace pocos meses se conoció el caso del
robo de datos a un casino que fue vulnerado a través de un termostato
inteligente en un acuario, donde los cibercriminales lograron infiltrarse en la
red y acceder a la base de datos del casino, robando información como los
nombres de grandes apostadores, y luego extraerla fuera de la red para
finalmente subirla a la nube.