Mientras que Android se perfiló con menos detecciones y vulnerabilidades que años
anteriores, los criptomineros y troyanos bancarios siguen en ascenso, al igual
que las detecciones en iOS y las apps fraudulentas en mercados oficiales. Así lo registra un informe
proveniente de los laboratorios ESET para conocer con más precisión el mapa de
los atacantes que actualmente dominan el ciberespacio.
En lo referente a códigos maliciosos, el cryptojacking
ha sido muy dañino entre usuarios móviles. El avance en relación a las criptomonedas preocupa desde el punto de
vista de las
vulnerabilidades que puedan contener las apps de billeteras electrónicas.
El malware bancario también ha dominado el panorama del 2018,
especialmente para Android cuyo número se ha incrementado al 127% si lo
comparamos con 2017. Estos troyanos no solo se propagan mediante sitios no
oficiales, sino que también pueden encontrarse en tiendas oficiales de apps,
como ocurrió con decenas de bankers descubiertos en la Play Store por el equipo de ESET.
Como contrapartida, las
detecciones de Malware en general para el androide han decrecido un 23%
respecto del 2017 como bien se observa en la imagen.
Con respecto a los países con mayores
detecciones se concentraron el 16% de ellas en Rusia, en Irán el 14% y Ucrania
el 8%. En Latinoamérica el primer puesto
es para México con el 26%, Perú con el 17% y Brasil el 11%.
En referencia a iOS la compañía concluyó que se publicaron 125 vulnerabilidades en 2018, que representan
el 32% de la cantidad de fallos encontrados para este sistema
operativo en 2017 y menos de la mitad de las encontradas en Android durante el
corriente año.
Por otro lado, las detecciones de
malware para iOS se incrementaron un 26% con respecto a 2017.
En cuanto a la distribución geográfica de estas
detecciones, vemos que mundialmente estas se concentran principalmente en China
(67%), Taiwán (8%) e India (8%). El primer país latinoamericano en aparecer
en el ranking de mayores detecciones es Perú en el decimocuarto puesto.
También se han detectado códigos maliciosos en la AppStore que pretendían
servir a tareas de fitness, pero engañaban a los usuarios para escanear sus
huellas dactilares y confirmar así transacciones financieras indeseadas.